Su caso escapa de lo que la sociedad se espera de una prostituta. Lo dice en voz alta y segura. De un plumazo te derriba los prejuicios que uno puede poseer hacia las putas. Lo hace en espacios privados, especialmente en su piso y en hoteles. Lo que sucede luego, es cosa de ambos. Quiero romper con los prejuicios de la gente. No quiero esconderme de nada porque no creo que haya nada de lo que me tenga que esconder.
Cuando se trabaja en la calle o para otras personas, el tema se complica. Pero para ella tampoco es la ciudad ideal. Le gustan directoras innovadoras como Erika Lust o el trabajo de Amarna Miller. Me encanta este trabajo. Por ese motivo fue al programa La Noria de Telecinco.
Sufrimos un acoso diario, cotidiano y continuo en la calle Robadors. Nos quieren echar. A nosotras y a los vecinos de El Raval. No necesitamos que nadie venga a protegernos de nada.
Lo hice de forma totalmente libre. Necesitaba liberarme y dejar de vivir en una mentira. No lleva una doble vida. Su entorno sabe perfectamente a lo que se dedica y le apoya. Tampoco lo es encontrar a mujeres casi desnudas esperando la llegada de un cliente en algunas zonas urbanas.
Hay organizaciones que ponen en duda la veracidad del dato. Su respuesta es concisa, y directa. Lo de menos es el sexo por el sexo. Pero no quise recurrir a ellos. Ni a nadie. No puedes hablar de normalidad tras el anonimato. Es absurdo. Mi libertad desde ese momento es enorme. El modelo de entrevista no da margen para rebatir o repreguntar. La cruel y despiadada sociedad y sus prejuicios.
